El Gobierno venezolano criticó este viernes que España convirtiera en un "espectáculo" un viaje de políticos de la izquierda radical española en un avión oficial del país caribeño que, según el Ministerio de Relaciones Exteriores, asistieron a un encuentro de intelectuales en Caracas.

"Llama poderosamente la atención que conviertan en espectáculo un encuentro de intelectuales realizado hace más de 400 días en Caracas, que contó con el visto bueno de las autoridades de aeronáutica civil y migratoria españolas", dice la nota del Ministerio venezolano de Relaciones Exteriores.

El Gobierno venezolano instó al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a que "abandone su show barato" y que sea coherente con su "supuesta postura respetuosa de la libertad de expresión".

Este viernes, el Gobierno español convocó al embajador venezolano para protestar por las declaraciones del presidente Nicolás Maduro, quien había calificado a Rajoy de "intervencionista, racista y colonialista".

España también se quejó por un viaje que -según la cadena de televisión privada Antena 3- realizaron a Caracas, en un avión oficial venezolano, 13 españoles, entre ellos miembros del partido de izquierda Podemos y del independentista catalán de la CUP.

La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, insistió en que es una injerencia que "se realicen viajes de esta naturaleza, viajes privados, pero en aviones de titularidad pública, tengan o no la condición de viaje de Estado, para abordar ni más ni menos que un plan de paz en el País Vasco y el derecho de autodeterminación de los pueblos de España".

En el comunicado del Ministerio de Exteriores venezolano, el Gobierno de Maduro denunció "la pretensión de las altas autoridades españolas en propiciar situaciones de orden humanitario en Venezuela para justificar una intervención internacional" en este país.

En los últimos dos años, Maduro ha criticado regularmente y lanzado epítetos contra Rajoy. En julio de 2015 Madrid llamó al embajador venezolano para protestar por los "inaceptables insultos" del presidente Maduro, quien entonces había calificado de "sicario" al jefe del Ejecutivo.

En abril de ese mismo año, España llamó a consultas a su embajador en Caracas después de que Maduro acusara a Rajoy de estar "detrás de una conjura internacional para derrocar el Gobierno constitucional" que él preside. El embajador español volvió diez días después a Venezuela.