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Un episodio de Navidad

12/12/2022 05:11 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Una reflexión sobre esta época del año tan importante para todos

Me he acostumbrado a enviar, por lo menos, una crónica a Globedia todos los meses, con la única finalidad de crear conciencia en el venezolano para solventar la situación insólita que vivimos. Al inicio de diciembre, pensé lo importante que era para nosotros el prepararnos para celebrar la Navidad, con una connotación cristiana, los adultos mayores nunca abandonamos la simbolización del Hijo de Dios en un pesebre, pero como tenemos hijos y nietos, también preparamos el árbol de Navidad y decoramos las casas con Santa Claus. También compramos luces, cascanueces y una serie de adornos navideños. A veces comentamos, este año no hay hallacas, nadie tiene dólares para comprar los ingredientes y bebidas, mucho menos, ni siquiera Ponche Crema hecho en casa ya que un huevo cuesta el equivalente a un ojo de la cara, el pan de jamón, quién sabe, esperemos un milagro. Y eso es lo que hay que hacer: esperar y confiar en que tendremos uno con la salida de la oscura dictadura. Recordé un escrito que hice hace más de 20 años, denominado la “Natividad del Señor y el Camino del Hombre” sobre los rituales de la Navidad, que ofrezco y dedico al que tenga la bondad de leerme, con todo mi cariño.

Estoy contemplando el paisaje de montaña, suave y ondulante, triste y alegre, a la vez, que con sus sinuosidades, ascendentes y descendentes, vibra en las tonalidades de azul ópalo, azul violeta, azul amatista, azul intenso, azul lila, y azul natural, cubierto por laderas de un verde intenso, verde esmeralda, verde pino y verde mar, que conforman la topografía de San Diego de los Altos, que desciende en una especie de río o ladera de una vibración resplandeciente, brillante… irradia destellos transparentes de mil colores, simulando… los vitrales de esa región mirandina, lugar donde fui a sentir el afecto de mi nieto e hija, después de haber pasado el 21 de diciembre celebrando el Espíritu de la Navidad con su correspondiente ritual. En esa celebración, mezclamos los rituales de la Iglesia Católica, la fe del ser humano en reafirmar la creencia de la venida del Hijo de Dios, el nacimiento del Niño Jesús, parte de la vida del Divino Maestro y la pasión y muerte de nuestro Cristo, con toda la connotación cristiana conjugada con un esoterismo Tibetano, producto de la guiatura de un Lama de Dios, hacia uno de nuestros hermanos, son ellos: el Dalai Lama Ching e Hildebrando Bastidas. En esa celebración, se incluyen los sentimientos del ser humano, que aunque estemos finalizando el siglo XX, nos difieren física, emocional, potencial y espiritualmente de las antiguas civilizaciones y costumbres orientales. Esos sentimientos son: el amor, la conciencia de vida, la salud del cuerpo, corazón y mente y el crecimiento espiritual como sentimiento interno y elevados que sostienen al ser en aprendizaje constante en este planeta. También toma en cuenta otros parámetros propios de esta estadía como son: los amigos, la familia, nuestro país, el mundo y la humanidad y un tópico muy concreto del hombre terrenal como es el trabajo y el dinero. Todos estos sentimientos, parámetros y tópicos se traducen en deseos de nuestra energía divina para lograr el componente armónico de nuestro comportamiento sentimental, una orientación de nuestra concepción de salud, tanto del cuerpo como de la mente, el alma y el espíritu y una actitud optimista dentro de los caminos materiales que nos conducen a triunfar en el trabajo, incluidas todas las variables de este, como son: aceptación vocacional, desarrollo social, y el producto material, como es la producción y consecución de dinero para el bienestar individual, de la familia, de los pueblos y del mundo. Iniciaré el análisis de los sentimientos con: la vida, agregándole el concepto de la libertad para la persona, pues considero que en el tiempo y en el espacio, estos conceptos van integrados y fusionados.

Vida… ¿Qué es la vida?

Es existir, es vivir, es “ser”, es sentir… Es estar aquí y ahora, es tener consciencia del presente “Yo Soy”, “Yo Estoy”, “Yo siento”, “Yo existo”… es mucho más, es saber que ya estaba, que había sido y que siempre estaré. Que estuve, no con remembranzas del pasado, sino con una consciencia cierta del “Yo soy la vida”. Palpitando, pensando, actuando, sintiendo y amando.

Es saber que estamos, que pertenecemos al “infinito” y que nos hicimos finitos a través de muchos cuerpos, muchos vehículos, para estar presentes aquí, en el presente, en este momento, en este planeta, en la tierra, entre la tierra y el cielo y ser parte de ellos, de sus elementos, en el agua y sentirla formando parte de nuestra vida, en el aire y vivir de él, en el fuego y sentir su calor, que nos da la vida y nos da fuerzas para amar.

Libertad

Es el sentirnos nosotros mismos, que somos respetados en nuestras ideas, nuestros pensamientos, en las palabras y en la acción. Nadie puede privarnos de expresar lo que pensamos y sentimos, de trasladarnos de un lugar a otro, de reunirnos con quien sintamos empatía, es el estar libres ante los hombres y ante las leyes, pero esa libertad es aquí, en la tierra. Uno de los aspectos de la libertad interior se involucra con los ideales aquí en la tierra; pero lo más importante del hombre como ser espiritual, esta en la evolución, en la concientización, de que él constata en instancias ultra terrenas al Padre, y a la vez, está consciente, aquí en la tierra, de su libre albedrío. Existe libertad ante las leyes, ante los hombres y la de los ideales. Y al hablar de esta libertad, no puede faltar un pensamiento de El Libertador. “Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, la tiranía y el vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud”. Augusto Mijares. El Libertador PP 341

El Amor

Que como sentimiento está muy ligado a la vida, al vivir, al tiempo y al espacio, es como un milagro que se da en los seres humanos, es el sentir emociones infinitas en nuestro ser. Es corriente de vida, es energía purísima cuando se refiere a Dios, nuestro Padre. El amor de entrega a Dios, lo profesan los llamados al servicio del Padre, independientemente de la religión que profesen. El amor místico y de devoción hacia Dios, se da y se expresa en vidas dedicadas a la humanidad con la voluntad, llevando un mensaje de sabiduría y amor. Una expresión de estos mensajes la tenemos en la oración del hermano Hildebrando Bastidas “Padre y Señor nuestro Divino Maestro Jesús y Maestro Dalai Lama Ching, cuyo recuerdo de amar es una luz que llevo siempre en mi corazón” En otro escrito dice: “¿Por qué no nos permitimos amar y ser alegres? Llenarnos de paz y armonía y dejar de hacer, hacer casas, hijos, esposa, amigos y me permito sentir…” “Sentir a mi hijo, a mi esposa, a mi amigo, a mi casa, a mi pueblo, a mi ciudad, a mi mundo, a mi planeta”. “Sentir”, es esa la magia, la razón, es la verdad de lo que somos capaces: de amar y amar. Estos son los atributos que necesitamos para pedir un 21 de diciembre por la evolución de nuestro espíritu, nuestra mente y nuestro corazón al Espíritu de la Navidad. Pedimos al creador por nuestra salud.

¿Qué es la vida? Es existir, es vivir, es “ser”, es sentir… Es estar aquí y ahora, es tener consciencia del presente

La Salud

Como un estado optimo del ser humano, con el cuerpo en perfecto funcionamiento, mente en armonía y equilibrio, alma en purificación y espíritu en evolución. Esa es la salud perfecta, que nos ayudará en la evolución espiritual, la que vamos consiguiendo a través de diversas encarnaciones, donde vamos superando los duros aprendizajes a que estamos sometidos en este planeta. Dios, nuestro Padre, como Creador, nos dio la vida, energía purísima que en esta estadía terrenal a veces no la sentimos y el resultado es no “llegar a sentir” en vez de “hacer”. Dios nos dotó de unas puertas al cielo, que en estudios universales, religiosos y metafísicos se denominan chacras o centros vitales, de la energía divina que recibimos del exterior y poseemos en nuestro interior, lo que nos permite organizarnos y buscar las formas y maneras de ser mejores cada día, y en una fecha tan importante como es la de la Natividad, un grupo de venezolanos nos reunimos en Maracay, en un templo de Dios, nos llamamos “Hermanos pertenecientes a una familia espiritual”, y hacemos unos rituales frente a la imagen de la Sagrada Familia, pero con una connotación esotérica buscando un porvenir no revelado. Los últimos parámetros trabajados en este ritual estaban representados por el trabajo y el dinero, con ruegos a Dios, oraciones y salmos desde el punto de vista devocional – religioso; y desde el punto de vista esotérico; evitando las agresiones físicas, que implican todas las acciones a distancia negativas realizadas por el ser humano contra sus semejantes; para transformarlas mediante la fe y la unificación de las energías positivas en influencias buenas, productivas, vitalizadoras y prosperas. Cuando se viven experiencias grupales como esta, siempre, individualmente, nos damos a la reflexión para pensar sobre lo humano… en una posición razonada tomada ante lo real y pensamos en el origen del hombre, en el destino y en lo que esta mas allá de lo objetivo, y que es lo “real” de la realidad… que no todos manejan. También caemos en lo subjetivo y tratamos de entender: la filosofía ante la vida, la filosofía del hombre, la de la humanidad y la de las religiones, manejando principios propios del filosofar, como son: la libertad para la vida y el amor para el crecimiento espiritual. La felicidad, el bienestar, la salud y a seguridad económica para nuestros cuerpos y la racionalidad de la mente en la búsqueda y lucha diaria de una humanidad que se aproxima al siglo XXI. El hombre busca en estos grupos, dar salida a su espiritualidad y seguir en consonancia con su vida terrenal, El trata de conocer, de creer, siempre a su Dios y dentro de una fluctuante conciencia avanza, ora, medita, cree y evoluciona… Estos rituales son realmente positivos porque nos ayudan a avanzar, siempre y cuando se tenga presente no caer en fanatismo de grupos y a la vez, prepararse individualmente para elevar nuestra energía. Esto me recuerda a un sabio oriental que escribió lo siguiente: “…cuando los poderes espirituales se transmiten, ya no pueden volverse atrás, y si se vuelven atrás, ya no pueden transmitirse y se pierden para el universo. Para cumplir su destino, el hombre debe ir más allá de lo que está a su alcance… se debe hacer público en tablillas de jade lo que se esconde y se conserva en tesoro para estudiarlo de la mañana a la noche y hacer así comprensible el mecanismo precioso que guía al Universo”       Nei Ching

Si seguimos el consejo del sabio Nei Ching, invocamos a nuestro Dios con las oraciones que aprendimos desde niños y con las que nos envía el Dalai Lama Ching, y tratamos de “sentir” como nos señala el hermano Hildebrando, tendremos una seguridad y una certidumbre de que no estamos solos, Dios nos acompaña, El nos creo y nos ayuda tratando de ser dioses por el camino del Hombre… Después de la prosa oriental de Nei Ching, les transcribo una poesía occidental de Jorge Luis Borges donde los dos se complementan, buscando a Dios en el Universo por los caminos del Hombre.

Con Amor, Violeta

“Para una versión del I King”

“El porvenir es tan irrevocable

Como el rígido ayer

Que no sea una letra silenciosa

De la eterna escritura indescifrable

Cuyo libro es el tiempo

Quien se aleja de su asa ya ha vuelto

Nuestra vida es la senda recorrida

El rigor ha tejido la madeja

No te arredres, la ergástula es oscura

La firme trama es de incesante hierro

Pero en algún recodo de tu encierro

Puede haber una luz, una hendidura

El camino es fatal, como la flecha

Pero en las grietas está Dios, que acecha.

Jorge Luis Borges

 

Jorge Luis Borges. I Ching Libro de las Mutaciones EDHASA

 

Reflexión Final

Contemplo la noche en el pueblo mirandino de San Diego de los Altos, donde impresionada escribí “La Natividad del Señor y el camino del Hombre”, último capítulo de No sé qué libro… Este comenzó en una región lejana, la Gran Sabana de Venezuela. Se inició el trabajo con las puertas al cielo, para recibir los regalos del Padre con el amor, protegidos por un triángulo de luz… Cierro el trabajo esta noche, leyendo con un gran cariño los escritos del Maestro “Abriendo tu corazón” donde descubrí que él también juega con las palabras y las estrellas, descubrí también que la vida es camino… Miré al cielo y contemplé un lucero gigante, que como una lámpara bellísima y traviesa, me guiñaba el ojo, baje los míos a las laderas y colinas del paisaje que va cayendo junto a la noche, como un mar suave al acercarse a tierra; en la parte central del paisaje observaba las siluetas del bello pueblo, adornado con hermosos collares de luz… que se confundían en mi memoria con las siluetas de unas ciudades idas. Asemejaban pirámides las colinas vagamente impresas en mi mente y, pese al tiempo lejano, un indeleble recuerdo que llega al alma, de un gran y antiguo buque que llega a una ciudad perdida… Las colinas turquesas y esmeraldas recibiendo el manto de la noche, abrillantados como zafiros por la luna, subían y subían hasta… parecer tres peldaños gigantes que subían a una nave espacial y se iban a una dimensión desconocida. -Abuela, abuela, ¿donde estas?, es mi nieto Daniel, que regresa de un paseo. –Abuela, abuela, vamos a ver las estrellas con el telescopio que me trajo el niño Jesús. Despierto… retorno… regreso al jardín de la casa de mi hija en mi actual vida.

Vibra en las tonalidades de azul ópalo, azul violeta, azul amatista, azul intenso, azul lila

 

 


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Josefasuarez350 (117 noticias)
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