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Tus actitudes es el sello personal que le imprimes a tus acciones. ¿Por qué tu felicidad depende del desarrollo de dos actitudes elementales: responsabilidad y agradecimiento? Aquí te lo explico y además te brindo un buen consejo para que las potencies en tu vida
Casi todas las definiciones sobre qué son las actitudes coinciden en que estos constructos del comportamiento son como disposiciones internas del individuo a actuar en una persona, objeto o situación.
Las actitudes vienen siendo como una especie de sello personal que le imprimes a tus acciones y en gran medida determinan el mundo en el que eliges vivir.
Algunos dicen que la felicidad es un camino que hay que recorrer.
Si es así, entonces las puertas por donde se entra para recorrerlo solo estarán abiertas para los que desarrollen dos actitudes elementales: Responsabilidad y Agradecimiento.
¿Por qué tras estas actitudes se esconde la clave de la felicidad?
Aquí te lo explico y además te brindo un buen consejo para que las potencies en tu vida.
¿Piensas que las personas son irresponsables hoy día?
Te equivocas; eso viene desde el mismo Jardín del Edén. Ni Adán ni Eva quisieron cargar con su responsabilidad porque esa es una característica del Ego.
Pocas personas son las que toman las riendas de su vida. La mayoría acostumbra a buscar culpables para poder incriminarlos por sus desgracias y sus sufrimientos. A veces cuando no los encuentran se lo cargan a la cuenta del mismo Dios.
Desafortunadamente casi nunca te enseñan que el único responsable de lo que llamas “mi vida”, el máximo responsable de todos tus sufrimientos y de todo tu malestar eres tú porque al final eres tú a quién le toca elegir, nadie puede hacerlo por ti.
Si esta actitud se volviera natural en ti, tu vida daría un giro de 180º y se realizaría una verdadera transmutación del dolor a la felicidad porque una vez que comprendas esto dejarás de esperar a que alguien te pueda sostener todo el tiempo en este viaje existencial y además, que nada ni nadie puede impedir tu dicha si no lo permites.
¿Puede alguien impedir que dejes tus penas, tus preocupaciones, tus quejas, tus ansiedades o tus depresiones?,
¿Puede alguien impedir que transformes el desierto de tu vida en un verdadero oasis?
Nadie. Incluso si estás prisionero de una situación determinada tu disposición interna te puede hacer libre. Al igual que si tu vida es miserable, andar buscando culpables solo la tornará más miserable aún.
Las situaciones de la vida pueden limitar, pero nunca impedir. Los impedimentos están en la mente. Una vez un sabio escribió: “Todo lo puedo en virtud de aquel que me imparte poder”.
¿Qué es ese poder?,
¿Acaso eres ese limitado personaje que te has inventado y al que llamas “Yo” y el cual vive como una víctima de todo lo que pasa y de todo lo que le pasa?; ¿o posees ese poder que te permite bailar, reír y hasta volar incluso bajo el sonido de las cadenas?
Ten presente que si te dispones a hacerte responsable también comienzas a ser agradecido con todo y con todos porque ganas en la comprensión de que lo que te ocurre y lo que te rodea son solo oportunidades para que utilices tu responsabilidad.
Si te dispones a hacerte responsable también comienzas a ser agradecido
Cuando tomas el mando de la vida y dejas de culpar a los demás caes en la cuenta que todo el universo está contribuyendo a crear situaciones para que te metamorfosees, para que te transformes, para que trasciendas.
Cuando tu actitud es de plena responsabilidad ante ti mismo, no hay amigos, ni enemigos, ni situaciones favorables ni desfavorables que puedan variar tu rumbo hacia la dicha.
Eres como un barco de vapor con el poder para navegar corriente arriba y corriente abajo, ya no eres un velero que depende del viento ni un bote que solo se mueve si lo reman.
Existe un magistral cuento sobre la vida de Buda que leí, no recuerdo dónde, y que refleja la potente relación entre estas dos actitudes. Aquí lo tienes:
En una ocasión, un hombre vino a Buda y le escupió a la cara. Sus discípulos, estaban enfurecidos y Ananda, el discípulo más cercano, rojo de ira dijo:
- ¡Esto pasa de la raya, dame permiso para que le enseñe a este hombre lo que acaba de hacer!
Buda se limpió la cara y dijo al hombre:
-Gracias. Has creado un contexto en el que he podido comprobar si todavía puede invadirme la ira. Y no puede, así que te estoy tremendamente agradecido. Y también has creado un contexto para Ananda porque le permite ver que todavía puede invadirle la ira. ¡Muchas gracias! ¡Te estamos muy agradecidos! Y de vez en cuando, estás invitado a venir. Por favor, siempre que sientas el imperioso deseo de escupirle a alguien puedes venir a nosotros.
El hombre estaba en shock, no acreditaba lo que había escuchado. Su mente había sido entrenada para sonsacar, para alterar a las personas, pero con Buda había fracasado completamente.
Esa noche se la pasó en vela porque en la India, en esos tiempos, una de las cosas más insultantes que existía era el de escupirle a alguien en la cara y la cara de Buda estaba tan serena, tan compasiva y sus palabras y su actitud demostraban tanto agradecimiento que su mente estallaba ante algo tan insólito.
A la mañana siguiente, muy temprano, volvió precipitado, se postró a los pies de Buda y dijo:
-Por favor, perdóname.
Buda respondió:
-No tiene la menor importancia. No necesitas pedir perdón por algo que ya no tiene existencia. ¡Ha pasado tanta agua por el Ganges! Ya han pasado veinticuatro horas; ¿por qué sigues cargando con algo que no existe?, además yo no te puedo perdonar porque no llegué a enojarme contigo. Si necesitas perdón pídeselo a Ananda, échate a sus pies, él lo disfrutará.
¡Qué fenomenal historia!: Responsabilidad y agradecimiento.
Responsabilidad por tener siempre las riendas de la elección de tu conducta y agradecimiento hacia la Vida por ofrecer siempre posibilidades de demostrar esa responsabilidad.
¡Esas son las actitudes que abren todas las puertas hacia la felicidad!
Por eso quisiera ofrecerte un consejo para que potencies el desarrollo de estas dos actitudes.
El CONSEJO.
Siempre, cuando te vayas a acostar repasa mentalmente todas las oportunidades que tuviste durante el día para ser responsable y agradece por ello.
Y cuando te levantes lo primero que debes hacer es resolverte a asumir la responsabilidad de todo lo que te suceda sin buscar culpables y agradeciéndole a la Vida por brindarte esas oportunidades.
Si perseveras en ello tu actitud ante la Vida se irá transformando. Dejarás de ser una víctima y te irás esculpiendo a ti mismo.
Permite regalarte este bello poema de ese grande de las letras; Pablo Neruda: (Poeta chileno, premio Nobel de Literatura en 1971); “Tú eres el resultado de ti mismo”.
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