¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Diasporaweb escriba una noticia?
Obama ha ideado formas de "autodefensa" sin emplear la energía nuclear. Rusia y China tratan de frenarlo por la vía diplomática. Pero son demasiadas armas las que baraja el presidente de EE.UU. ¿Es todo eso inevitable?
Para mantener su supremacía militar global EE.UU. busca activamente nuevas formas, desarrollando nuevo armamento espacial y sus últimas conquistas cibernéticas, mientras que China y Rusia quieren evitar por métodos diplomáticos la carrera armamentística en el Cosmos y el nuevo tipo de guerra que proyecta el Pentágono.
El experto ruso Gorbenko opina que los norteamericanos están dispuestos a reducir su arsenal nuclear, ya que ya tienen a su disposición otro tipo de armamento, comparable en potencia con las armas nucleares pero más avanzado y además 'ecológico', al no producir contaminación radiactiva.
¿Prepara Obama la guerra ecológica e informática?
Edward Snowden el extécnico de la CIA que según él “escogió la libertad” y huyó de Washington con todo lo aprendido durante años incluidos secretos militares y proyectos futuros de Estados Unidos realizó nuevas revelaciones, ahora publicadas en el diario alemán Der Spiegel, en las que señala que Estados Unidos se está preparando para una eventual tercera guerra mundial.
De acuerdo a lo revelado, el principal objetivo norteamericano es “hacerse por de pronto con el gobierno de internet“, y para tal objetivo Washington puso en marcha el programa secreto Politerein, para el que están contratando a personal “dispuesto a romper cosas”.
El programa mencionado consiste en un ”Ejército de guerrilleros informáticos”, con la más avanzada tecnología en internet, quienes realizan ataques TAO (Tailored Acces Operations), con los que manipulan, abordan y pueden destruir cientos de ordenadores, y también recaban información sobre las posiciones de los enemigos cibernéticos de cualquer país del mundo.
Este programa lleva ocho años operando, tiempo en el que han podido depurar estrategias de combate en internet. El programa tendría la capacidad de manejar el agua potable, la electricidad y los aeropuertos de sus enemigos potenciales.
Según los documentos, algunos de los ataques más exitosos gracias a este programa, han sido la utilización del virus Stuxnet, para paralizar el programa atómico de Irán, y el virus Regin, para infiltrar la red de ordenadores de la cancillería alemana e incluso espiar a la Comisión Europea. Después del inicio de las conversaciones diplomáticas con Irán, los ayatolas han exigido el fin de la guerra de los ordenadores.
“Escalada controlada”, es como el diario alemán titula su reportaje, en el que indica que el nivel de control informático está integrado por: Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, formando así la denominada ‘Alianza de los Cinco Ojos’.
También señala que Estados Unidos mantiene bajo espionaje a periodistas y medios de comunicación, relevantes a nivel internacional.
La Guerra de las Galaxias (Star Wars) de verdad, un apéndice de la llamada estrategia defensiva
Actualmente, indica Gorbenko, la Fuerza Aérea de EE.UU. está cooperando con la NASA en la creación de nuevos sistemas de ataque de largo alcance. Asimismo, el analista destaca que en un futuro la Fuerza Aérea se convertirá en una Fuerza Aérea y Espacial, dado que ya se está llevando a cabo el desarrollo de sistemas aeroespaciales estratégicos.
Y ante ese panorama, todos se arman por lo menos se alarman. Rusia dice que el envío de armas al espacio socavaría la estabilidad global y Japón esboza una nueva ley para competir con EE.UU. en materia de drones. Mientras India busca desarrollar con Rusia cazas de quinta generación y dice 'no' a los aviones de Francia.
Moscú y Pekín se preparan para presentar a la ONU un proyecto de la resolución denominada 'Medidas de transparencia y confianza en las actividades espaciales', que contempla prohibir el despliegue de armas en el espacio exterior.
El analista Alexandr Gorbenko afirma en su portal Odnako que esta medida está destinada a controlar los programas espaciales de EE.UU., y todos los cambios en su estrategia militar. Según Gorbenko, el papel de las armas nucleares y los medios convencionales para su suministro exterior parece estar disminuyendo gradualmente en la estrategia de la seguridad nacional.
El ‘cambio climático’ amenaza potencialmente el futuro de la humanidad, pero ha sido excluido a la ligera de los informes por los que el IPCC recibió el Premio Nobel de la Paz de 2007.
El primer análisis detallado de las actividades del país norteamericano en esa esfera, titulado 'Misiles del Imperio: las legiones globales de EE.UU. del siglo XXI' ('Missiles of Empire: America's 21st Century Global Legions') fue publicado ya en 2003. Gorbenko subrayó que esta investigación fue realizada para la Fundación Legal de los Estados Occidentales (Western States Legal Foundation, WSLF), cuyo objetivo principal es muy humanista e incluso "ambientalmente correcto": la eliminación de armas nucleares.
La WSLF se ocupa del mantenimiento de la seguridad nacional y del papel de EE.UU. como país que asegura "la estabilidad global", aclaró Gorbenko. La organización considera que las armas nucleares son inadecuadas para esos objetivos, además de perjudiciales para el medio ambiente, por lo que aboga por reemplazarlas con un armamento más avanzado y menos radiactivo.
Gorbenko explicó que se trata de un sistema aeroespacial multietapa, flexible en las tareas y en la composición de los componentes. Su objetivo principal consistirá en suministrar armas avanzadas del territorio continental estadounidense a cualquier lugar del planeta o colocarlas en la órbita terrestre.
El mencionado sistema contará con tres componentes: un vehículo de operaciones espaciales (Space Operations Vehicle, SOV), un vehículo de maniobras espaciales (Space Maneuver Vehicle, SMV) y un vehículo de entrega universal (Common Aero Vehicle, CAV). Aunque el primer aparato no aparecerá en un futuro próximo, los prototipos de los SMV y los CAV ya realizan sus primeros vuelos de prueba.
El experto concluyó que es evidente que los armamentos estratégicos de EE.UU. se están moviendo en dirección al espacio. En octubre de 2004 Rusia declaró en una sesión de la Asamblea General de la ONU que no será la primera en enviar armas al espacio, a pesar de que tiene todo el potencial en este campo.
Moscú, en cooperación con China, también sigue tomando medidas para convencer a Washington por la vía diplomática de que deja de desarrollar este tipo de armamento. Pero si los esfuerzos diplomáticos no son suficientes, Gorbenko cree que será inevitable volver a renovar la intensa carrera armamentística a gran escala.
El otro proyecto que acaricia Obama es una guerra ecológica, capaz de desestabilizar los sistemas agrícolas y ecológicos en todo el globo
La 'guerra climática' amenaza potencialmente el futuro de la humanidad, pero ha sido excluida con indiferencia de los informes por los que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de Naciones Unidas, (IPCC) que recibió el Premio Nobel de la Paz 2007, aunque en esa fecha Obama era un desconocido.
Aunque pocas veces se habla del tema en el debate sobre el cambio climático global, ahora hay países que pueden modificar el clima del mundo con una nueva generación de armas electromagnéticas avanzadas. Tanto EE.UU. como Rusia han desarrollado capacidades para manipular el clima para el uso militar. Los militares de EE.UU. han aplicado técnicas de modificación del medioambiente durante más de medio siglo
Todas las potencias del mundo podrían ser afectadas con apretar el botón del tablero guerra ecológica si se produjera un error
El matemático americano John von Neumann, en asociación con el Departamento de Defensa de EE.UU., comenzó su investigación sobre la modificación del clima a fines de los años cuarenta en plena Guerra Fría y previó ‘formas de guerra climática aún no imaginadas.’ Durante la guerra de Vietnam, se utilizaron técnicas de bombardeo de nubes, comenzando en 1967 con el Proyecto Popeye, cuyo objetivo era prolongar la estación del monzón y bloquear rutas de suministro del enemigo a lo largo de la Pista Ho Chi Minh.
Las fuerzas armadas de EE.UU. han desarrollado capacidades que les permiten alterar selectivamente los modelos climáticos. La tecnología, que está siendo perfeccionada bajo el Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (Haarp), es un apéndice de la Iniciativa de Defensa Estratégica – ‘la Guerra de las Estrellas - Star Wars’.
Desde el punto de vista militar, Haarp era y es un arma de destrucción masiva, que opera desde la atmósfera exterior y es capaz de desestabilizar sistemas agrícolas y ecológicos en todo el mundo
La modificación del clima, según el documento de la Fuerza Aérea de EE.UU. AF 2025 Informe Final, ”ofrece al combatiente en la guerra una amplia gama de posibles opciones para derrotar o coercer a un adversario”. Sus capacidades, dice, se extienden a la provocación de inundaciones, huracanes, sequías y terremotos: ‘La modificación del clima se convertirá en parte de la seguridad interior e internacional y podría ser realizada unilateralmente... Podría tener aplicaciones ofensivas y defensivas e incluso utilizarse con propósitos de disuasión. La capacidad de generar precipitaciones, niebla y tormentas en la tierra o de modificar el clima en el espacio... y la producción de clima artificial forman todas parte de un conjunto integrado de tecnologías (militares).“
En 1977, una convención internacional que prohíbe “el uso de técnicas militares u otras hostiles de modificación del medio ambiente que tengan efectos generalizados, duraderos o severos”, fue ratificada por la Asamblea General de la ONU.
Define “las técnicas de modificación del medio ambiente” como, “cualquier técnica para cambiar – a través de la manipulación deliberada de procesos naturales – la dinámica, la composición o la estructura de la tierra, incluyendo su biota, litosfera, hidrosfera y atmósfera, o el espacio exterior.” Mientras, la sustancia de la Convención de 1977 reafirmada en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC) firmada en la Cumbre de la Tierra en Río en 1992, el debate sobre la modificación del clima para uso militar se ha convertido en un tabú científico.
Los analistas militares guardan silencio sobre el tema. Los meteorólogos no se atreven a investigar el asunto y los ecologistas se concentran en las emisiones de gases invernadero bajo el Protocolo de Kyoto. Tampoco se incluye la posibilidad de manipulaciones climáticas o medioambientales como parte de una agenda militar y de inteligencia del debate más amplio sobre el cambio climático bajo los auspicios de la ONU, aunque es reconocida tácitamente.
El programa Haaarp establecido desde 1992, basado en Gokona, Alaska, utiliza una serie de antenas de alta potencia que transmiten a través de ondas de radio de alta frecuencia, cantidades masivas de energía a la ionosfera (la capa superior de la atmósfera). Su construcción fue financiada por la Fuerza Aérea de EE.UU., la Armada de EE.UU., y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (DARPA), conocida por fabricar juguetes bélicos para adultos y armas letales para matar a todos, incluidos niños o ancianos..con presupuesto ilimitado.
Operado conjuntamente por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea y la Oficina Naval de Investigación, Haarp constituye un sistema de poderosas antenas capaces de crear ‘modificaciones locales controladas de la ionosfera.’ Según su Sitio oficial en la Red, Haarp será utilizado ‘para inducir un cambio pequeño, un juguete, localizado en la temperatura ionosférica para que puedan estudiarse reacciones físicas mediante otros instrumentos ubicados en o cerca de la instalación de Haarp.’
Pero Rosalie Bertell, presidenta del Presidenta del Instituto Internacional de Asuntos de Salud Pública, no bromea y dice que Haarp opera como,
‘un gigantesco calefactor que puede causar importantes alteraciones en la ionosfera, creando no sólo agujeros, sino largas incisiones en la capa protectora que impide que radiación letal bombardee el planeta.’
El físico Dr. Bernard Eastlund lo calificó de ‘el mayor calefactor ionosférico jamás construido.’ la Fuerza Aérea de EE.UU. Presenta a Haarp como un programa de investigación, pero documentos militares confirman que su principal objetivo es ‘inducir modificaciones ionosféricas’ a fin de alterar modelos climáticos y desestabilizar comunicaciones y radar.
Según un informe de la Duma Estatal rusa: “EE.UU. planifica realizar experimentos en gran escala bajo el programa Haarp y crear armas capaces de romper las líneas de comunicaciones por radio y equipos instalados sobre naves espaciales y cohetes, provocar serios accidentes en las redes eléctricas y en óleo y gasoductos, y tener un impacto negativo en la salud mental de regiones enteras."
Pero aparte de Haarp un análisis de declaraciones procedentes de la Fuerza Aérea de EE.UU. y discursos presidenciales apuntan a lo impensable: la manipulación encubierta de modelos climáticos, comunicaciones y sistemas de energía eléctrica como un arma de la guerra global, capacitando a EE.UU. para desestabilizar y dominar regiones enteras.
La manipulación climática es el arma preventiva por excelencia. Puede ser dirigida contra países enemigos o ‘naciones amigas’ sin su conocimiento, utilizada para desestabilizar economías, ecosistemas y agricultura. También puede provocar el caos en los mercados financieros y de materias primas. La alteración en la agricultura causa una mayor dependencia de la ayuda alimentaria y de productos de granos importados de EE.UU. y de otros países occidentales.
En principio Haarp fue desarrollado como parte de una cooperación anglo-norteamericana entre Raytheon Corporation, que posee la patente, la Fuerza Aérea de EE.UU. y British Aerospace Systems (BAES).
El proyecto entero de manipulación climática es una de varios armascometidos en la colaboración en sistemas de armas avanzadas entre los dos gigantes de la defensa. El proyecto Haarp fue iniciado en 1992 por Advanced Power Technologies, Inc. (APTI), subsidiaria de Atlantic Richfield Corporation (ARCO).Su eficacia asombró a los propios autores, como la primera bomba atómica de los Alamos, la de Hiroshima.
APTI (incluyendo las patentes de Haarpa la vendó ARCO a E-Systems Inc, en 1994. E-Systems, por medio de un contrato con la CIA y del Departamento de Defensa de EE.UU., equipó el “Plan del Día del Juicio Final, ” que “permite que el presidente dirija una guerra nuclear.“ Subsiguientemente adquirida por Raytheon Corporation, es uno de los mayores contratistas de los servicios de inteligencia del mundo.
BAES estuvo involucrada en el desarrollo de la etapa avanzada de la serie de antenas de Haarp bajo un contrato de 2004 con la Oficina de Investigación Naval.
La instalación de 132 transmisores de alta frecuencia fue confiada por BAES a su subsidiaria norteamaricana BAE Systems Inc. El proyecto, según un informe de julio en Defense News, fue emprendido por la división de Guerra Electrónica de BAES. En septiembre recibió el máximo galardón de DARPA por logros técnicos en el diseño, construcción y activación del sistema de antenas de Haarp, aunque no se sabe en qué pudo intervenir. Pero así se le puede culpar a Darpa de haberse equivocado de juguete. Y así… no es culpa de nadie sino de haber pinchado en el botón que no era.
Actualmente el sistema entero está plenamente operacional y en muchos aspectos hace parecer pequeños los sistemas convencionales y estratégicos de armas. Aunque no existe una evidencia firme de su uso para propósitos militares, documentos de la Fuerza Aérea sugieren que Haarp es clave integral de la militarización del espacio.
Se podría esperar que las antenas ya hayan sido sometidas a ensayos de rutina.
Bajo la UNFCCC, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), tiene mandato ‘para evaluar información científica, técnica y socioeconómica relevante para la comprensión del cambio climática.’ Este mandato incluye la guerra medioambiental.
“La geo-ingeniería” es reconocida, pero las aplicaciones militares subyacentes no son ni objeto de análisis político ni de investigación científica en los miles de páginas de informes y documentos de apoyo del IPCC, basados en los conocimientos y la contribución de unos 2.500 científicos, responsables políticos y ecologistas. Y nadie hace nada.