Cómo satisfacer a las mujeres

No existen dos mujeres iguales, pero, sin embargo, se repiten en algunas cosas conectadas con las relaciones sexuales. Los del sexo masculino a veces fallan al hacer el amor sin demostrar pasión alguna con la mujer que duerme a su lado. Bien sea por la rutina de los años pasados juntos años o, aunque sea la vez inicial que se tienen relaciones íntimas, hacerla soñar y recrearse es fácil si se conocen sus mayores aspiraciones en la cama.

No hay nada que más desestimule que un hombre silencioso que tal parece mudo. No hablar, ni gemir, ni emitir nada vocal, vuelve al hombre algo desestimulante; eso es sumamente aburrido pues los quejidos y lamentos son una forma de comunicación sexual. Transmite a la pareja lo que gusta y si lo está haciendo bien sin necesidad de tener que conversarlo. Una gran cantidad de mujeres han manifestado que les encantan los besos por el cuello, pero de los que no dejan moretones.

Muchas necesitan estímulos externos para ponerse en situación como es encender unas velas, algo de música suave y romántica, un masaje erótico o unos susurros estimulantes de la sensualidad, para comenzar a estimularse. Muchas investigaciones aseguran que la decoración y el espacio son un elemento que puede ser tanto potenciador como inhibidor de la libido, según como sean.

Un serio error es finalizar el acto sexual solo con el orgasmo masculino y que ella aún no haya tenido uno. Un buen amante siempre espera a que ella alcance el clímax o, como costumbre, busca que coincidan en el tiempo. El orgasmo es una cosa de dos.

Quejas de mujeres

Las mujeres muchas veces se lamentan amargamente de forma pública o solo internamente, por como realizan el sexo sus parejas, bien sean los esposos o los amantes. Las principales quejas son porque los hombres no las comprenden, no las oyen o porque no hallan placer sexual con ellos o solo de manera incompleta; y esto no les hace sentirse bien y satisfechas.

La insatisfacción sexual femenina, algo peligroso, no es porque tengan fuego uterino; es sencillamente porque muchas veces las parejas no les prestan atención en la cama, y en realidad desconocen las necesidades sexuales femeninas, aunque se jacten de lo contrario.

Un buen comienzo

Para comenzar, a las mujeres no les gusta darse cuenta a primera vista de que solo se las utiliza como objeto sexual y nada más se desea un contacto sexual con ellas; así que se debe ser diplomático y disimulado pues para el contacto sexual no se necesita ser prosaico, tosco y ausente de caballerosidad. Otra de las cosas que tampoco gusta es lo opuesto y que los hombres, muy delicadamente las consideren y las traten en la cama como si fuesen de fino cristal utilizando excesivas finezas, como si ellas no supieran distinguir lo que les gusta hacer y lo que no. Las mujeres hechas y derechas saben lo que les deleita y lo que no en la cama, y por ello no necesitan a nadie que les enseñe nada o, peor todavía, que crea que les está ilustrando con algo novedoso y desconocido.

A las mujeres les encanta que el hombre confianzudo solo se tome las libertades justas, sin exagerar, pero sin quedarse corto

Avanzar, pero no mucho

Cuando se desea que la cosa funcione bien, se debe comenzar con juegos sexuales durante un rato. Son muchos los sexólogos que defienden que son más importantes que el acto sexual en sí, pues ayudan a excitar a la otra parte, mejorar la lubricación, hacen que la penetración sea menos molesta y que resulte más fácil alcanzar el orgasmo.

Es más, aunque la compañera se encuentre muy lubricada y con deseos de pasar a la introducción del pene, es importante dedicarle unos minutos a su cuerpo, pues ellas al tener muchas más áreas erógenas que el hombre, mientras más se estimulen antes del coito, mejor será su orgasmo y, por tanto, el de la contraparte. La manera más segura de estimular a la compañera es manosear todas sus partes menos sus genitales pues esto hará que su deseo aumente.

Pero, ¿qué es lo que les gusta a las mujeres en la cama

Las habilidades en la cama son fundamentales para obtener la satisfacción sexual de una mujer, o sea, enamorando con cuidado, halagando con diligencia y sinceridad, y sobre todo con muchos mimos. A las mujeres les encanta que el hombre confianzudo solo se tome las libertades justas, sin exagerar, pero sin quedarse corto. Les gusta el toqueteo suave por la cara, por el pecho, que se den la vuelta y recibir caricias por toda la espalda y que las lleven a punto del climax a través del tacto; aunque, es importante no excederse en el tiempo, pues puede cansar y aburrir.

A las mujeres las magnetiza que se les dedique tiempo, arrumacos y diversas posturas sexuales. Si la muchacha no disfruta con su pareja, es que quizá él no es lo suficientemente creativo. Además, el erotismo femenino coloca en primer lugar los gestos y la estimulación física y mental, para después llegar al acto sexual propiamente dicho, pero esos pasos primeros son fundamentales para disfrutar al máximo.

Máximo disfrute

Las mujeres disfrutan al máximo sintiéndose soberanas en la cama, libres de falsas esperanzas y expectativas. Iniciar un acto sexual con una buena estimulación a través del manoseo y de las caricias es algo importante para su culminación.

Después del coito

Una de las cosas que más desencantadas deja a las mujeres, y que hacen que a la larga pierdan el interés en la pareja, es que una vez finalizado el coito el hombre no se proyecte amorosamente y solo se vire del otro lado hasta quedarse dormido y ponerse a roncar. Y es tan simple arreglar eso, pues nada más se trata de arquear los brazos, acercarla y sentir muy junta a la persona con la que se acaba de hacer el amor. Si se hicieras, el recuerdo y el propio placer sexual sentido por la compañera aumentaría considerablemente.

Pero cada una de las lectoras es libre de opinar y decir que es lo que más les gusta una vez que están a solas con su pareja.