El informe de 2012 elaborado por la UNESCO sobre la educación en el mundo coloca a España como el país con mayor fracaso escolar de Europa.

"Al menos un cuarto de los jóvenes que dejaron sus estudios al acabar el primer ciclo de enseñanza secundaria y un quinto de los que los abandonaron después del bachillerato tampoco buscan empleo".

Son los llamados "ninis", que ni tienen trabajo ni lo buscan, pero a los que podemos sumar otro ni, ni les interesa: son "nininis".

Esta es la muestra de un monumental fracaso formativo cuyo origen se descubre fijándose en la forma de vida de los españoles, padres, profesores y políticos con sus planes educativos.

España no es de los países con mayor inversión en educación en Europa, pues tiene pocas guarderías y una precaria financiación investigadora superior, pero que en secundaria está entre los cuatro que mejor pagan a los enseñantes, y entre los que menos alumnos tiene por profesor.

El fracaso está en la adolescencia, en la que, según las oenegés antidrogas, los chicos empiezan a beber a los 13 años y se emborrachan ya al menos una vez al mes.

Es la edad en la que comienza el botellón, la tolerancia con la marihuana, el trasnochar, el no hacer trabajos escolares, y en la que los padres no quieren corregir o no se atreven a hacerlo, o de desentienden de la conducta de sus hijos.

Añadamos planes de estudio nada rigurosos ni exigentes y tantos profesores coleguillas siempre dispuestos ir a la huelga con las camisetas verdes y militancia gochista que invita a sacrificarse lo menos posible

Y los supuestos sindicatos estudiantiles, precisamente de "nininis", con padres progresís que se les unen: todos, tronistas idóneos para Telecinco.

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SALAS