Nuestra lucha no es contra de los hombres, es en contra de quienes nos violan, quienes nos matan, quienes nos acosan y nos cosifican, es en contra de quienes tratan de imponernos que hacer, que decir y que creer, es en contra de una sociedad que no nos deja de juzgar (por todo y nada) porque para ellos somos un molde más, una plantilla de lo que debemos ser, un objeto inanimado que no tiene opinión sobre sus pensamientos y menos sobre su propio cuerpo.

Nosotras no buscamos igualdad, necesitamos equidad, queremos tener las mismas oportunidades, queremos representación femenina en cargos de poder, necesitamos demostrarles a nuestras niñas que si pueden, que hay más objetivos en la vida que el ser madre y ama de casa,  y que Dios bendiga a nuestras madres que no tuvieron derecho de elegir si serlo o no.

Queremos enseñar a nuestras hijas, a nuestras hermanas y sobrinas que su cuerpo es SUYO, que nadie debería hacerle nada sin su consentimiento, que su cuerpo es valioso, pero que solo ellas pueden decidir el valor que le dan y no ser juzgadas por eso.

Nos urge poder salir a la calle, solas y no ser valientes, sino ser libres… caminar por lugares oscuros y vivir para contarlo, nos urge dejar de enviar nuestra ubicación en tiempo real a nuestras amigas, porque no sabemos que nos puede pasar en el camino.

La lucha es en contra de un sistema, que no nos deja aspirar a los mismos derechos de los hombres, es en contra de quienes tienen el poder de cambiarlo todo, de mejorarlo todo y no hacen nada

Queremos que se nos crea cuando decimos que algo nos sucedió, que no se ponga en duda nuestra “moralidad” cuando les contemos sobre nuestro abusador, queremos que se haga justicia, por todas aquellas que no les creyeron y que además fueron juzgadas con la justificación de “¿Qué hacía en la calle a esas horas? ¿Qué hacía con esa ropa? ¿Y porque andaba sola?

¡Dejemos ya de justificar las conductas de violadores, de misóginos, de acosadores y de asesinos!

La lucha no es contra ustedes hombres, pero si se sienten atacados por nosotras, pues evalúen su posición en la familia, en su trabajo, en sus relaciones y en la sociedad en general, tal vez hay algo que cambiar, pregúntenles a las mujeres en su alrededor si han tenido una actitud machista alguna vez y trabajen por mejorar.

Nosotras no nos detendremos hasta que se deje de matar, violar, acosar y cosificar a nuestras mujeres, no nos detendremos hasta obtener las mismas oportunidades, hasta obtener una sociedad más justa, equitativa e inclusiva para todas y todos.