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Llevo años como socia del Círculo de Lectores y nunca se me ocurrió comprar el libro ganador del concurso de esta entidad, no por nada, si no que no me gusta leer los últimos premios, no suelen darme confianza quizá por lo comercial del tema o simplemente porque todo el mundo lee lo mismo.
Sin embargo, el título de esta obra atrajo mi curiosidad, aún así antes de comprarlo indagué sobre el autor y me interesó saber sobre qué había podido escribir un médico rural en su primer libro.
Me salté mis propias reglas y lo adquirí.
Y no me arrepiento de la decisión tomada.
Lo he tenido sobre la mesita de noche más de dos semanas sin quererlo tocar porque, a pesar de todo, no terminaba de verlo interesante.
Por fin, hace cuatro días empecé a leerlo con indiferencia al principio y con admiración de lo que me encontraba en él a las pocas páginas de estar leyendo.
Si en su día me emocionó El tiempo entre costuras de María Dueñas, o Dime quien soy de Julia Navarro o Habitaciones cerradas de Care Santos, grandes escritoras todas ellas, este libro no se queda atrás.
Tiene un toque de estos tres libros por el recorrido de una historia de nuestro país, casi desconocida para los que tenemos menos de 60 años y por la intriga de la trama tan bien definida.
Pero no está narrado por un escritor curtido en estas lides, no, si no por un hombre sencillo que se puso el reto escribir su primera novela.
Ha sido, merecidamente, Premio Círculo de Lectores de Novela 2011, os animo a que la leáis porque no dejará indiferente a nadie.
Puedo decir que es de las pocas novelas, que me ha intrigado desde las primeras líneas, que me ha hecho sonreír en algunas ocasiones y que me ha obligado a respirar hondo al final porque las lágrimas se agolpaban en mis ojos.
Os dejo la sinopsis y la biografía del autor.
SINOPSIS
En el corazón del Rif los veranos son áridos y desapacibles. Pero Víctor Monteoscuro, médico en excedencia, no busca un destino vistoso para sus viajes. Tras la muerte de su esposa ha perdido el tacto para ejercer la medicina y también el hilo de su vida. Para no hundirse recorre el norte de África siguiendo las rutas de antiguos viajeros y los surcos de historias olvidadas: pocos recuerdan que en estas tierras el ejército español perdió una guerra feroz.
Víctor ha colgado el estetoscopio y la bata y, al menos por un año, ha dicho adiós a su consulta. Necesita asumir la reciente muerte de su esposa pero, también, recuperar su fe en la medicina y la confianza en sí mismo, de modo que ha partido en busca de toda la soledad que un viaje por el norte de Marruecos pueda darle. Mientras recorre la región del Rif asiste a un curioso hallazgo: en una obra en construcción, una excavadora da con una antigua fosa común. Todos los lugareños conocen el origen de esos huesos: son los restos de soldados españoles masacrados en 1921 en el Desastre de Annual. Pero Víctor encuentra algo más, algo que se lleva consigo como inofensivo recuerdo. Es una botella lacrada en cuyo interior hay una carta, acaso las últimas palabras que un tal capitán Gimeno, ante la certeza de su muerte, escribió a su amada. Y sin siquiera haberla leído, Víctor siente que debe hacer todo lo que está en sus manos para entregar esa carta. Aquí comienza su aventura a través de la historia reciente de España, siguiendo el rastro de vidas desconocidas con la ayuda de sus amigos, de un curioso detective privado y principalmente de Claudia, capitana del Ejército destinada en Melilla y, tal vez, la mujer que pueda enseñarle el camino de regreso desde el dolor.
BIOGRAFÍA
Vicente R. Gramaje Trilla nació en Valencia el 8 de marzo de 1961. Casado y padre de dos adolescentes, ejerce como médico generalista (médico rural, prefiere llamarse) en Godelleta, «un pueblecito de dos mil habitantes rodeado de un mar de viñedos y naranjos, cercano a la ciudad de Valencia», tal como él lo describe. En Cuando leas esta carta , su primera novela, pueden encontrarse las huellas de sus dos grandes aficiones: los viajes y la lectura, especialmente novelas históricas y relatos de viajes «con los que visita todos aquellos lugares que sueña algún día verá con sus propios ojos». Una de dichas lecturas, la de los hechos acontecidos durante el verano de 1921 en lo que entonces era el Protectorado de Marruecos, fue el detonante de la historia a la que dio forma en esta novela.
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