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En los conflictos mentales aparecen dos partes jalando en direcciones opuestas creando incertidumbre, tensión y malestar. Para no sufrirlos hay que poseer una MENTE NATURAL. ¿Cómo desarrollarla? Aquí te lo explico
En una parte de la conocida zarzuela española “La Verbena de la Paloma”; Julián, uno de los protagonistas canta sobre el eterno conflicto entre el corazón figurativo y la mente.
“¡De un lado la cabeza,
del otro el corazón!
Este dice que sí,
ésta dice que no:
¿cuál es el que más habla?”
Y Rita le responde: - “Ninguno de los dos”.
En todo conflicto mental aparecen dos partes que parecen que jalan en direcciones opuestas creando incertidumbre, tensión y malestar.
Para no tener que sufrirlos es necesario, como te comenté en el artículo anterior, poseer una MENTE NATURAL.
¿Qué es la mente natural y cómo desarrollarla?
Aquí te lo explico.
La Mente Natural no es la que está libre de conflictos. Eso es imposible porque la mente se nutre de ellos para trabajar.
La Mente Natural es la que trasciende a los conflictos a la hora de decidir y esto hace que el tomar decisiones no genere sufrimientos innecesarios.
Todo conflicto tiene las siguientes características:
1-Crea un estado de excitación.
2-Este estado de excitación se genera al colocar de un lado los argumentos y del otro los contraargumentos sobre los que giran la decisión que quieres tomar como si estuviesen en un ring de boxeo.
Ambos generan emociones, por lo tanto, no es que el corazón sienta y la mente hable. En realidad, todo este dilema se produce en la mente, lo que es una lucha entre argumentos con sus respectivas emociones y contraargumentos con sus respectivas emociones.
3-Esta excitación se amplifica cuando vas saltando de un lado al otro generando más argumentos y contraargumentos y más emociones encontradas.
Así comienzas a girar en un círculo sin fin donde el conflicto original puede generar más conflictos y sacar a relucir toda tu historia de aciertos y fracasos.
Cuando esto ocurre hacen acto de presencia los temores y la incertidumbre y todo se te convierte en una verdadera tortura.
¿Qué hacer?
Utiliza la técnica de meditación de ser el observador.
¿Observar qué?
Observar al estado de excitación energética que ha generado el conflicto.
¿Qué significa esto?
PRIMERO
Observar para la meditación no es lo mismo que la observación que realizamos comúnmente.
Nota que cuando observas siempre introduces un juicio de valor: lindo-feo, agradable-desagradable, conveniente-inconveniente.
UNA ACOTACIÓN: En la charla Nº5 del libro “Puedes alcanzar el equilibrio interior: 12 Charlas para disciplinar la mente” se explica la esencia de esta técnica y se ofrecen ejercicios para desarrollarla.
No se trata de observar al contenido del conflicto sino de observar a la energía que se despliega producto del conflicto
SEGUNDO
No debes observar a las partes involucradas en el conflicto. No se trata de observar al contenido del conflicto con sus argumentos y contrargumentos, sino de observar a la energía que se despliega producto del conflicto.
Esta observación debes realizarla sin emitir juicios o valoraciones acerca de esta energía. Es más bien sentirla, hacerte sensible a ella, pero sin calificarla.
Si haces lo indicado comienzas a desarrollar una mente natural, es decir una mente funcionando con el mínimo gasto energético, una mente lo más cercano a la Vida.
Comprende que lo que te roba la paz no es la decisión que tienes que hacer pues muchas veces sabes cómo debes actuar. Lo que te produce malestar es el surgimiento de las dudas y las vacilaciones producto de tus temores más profundos.
Ser el observador acrítico de esa energía es no darle oportunidad para ella se amplifique.
Cuando eso sucede te das cuenta de dos cosas:
1-O que tienes que tomar una decisión y punto, determinado a que salga el sol por donde tenga que salir sin estar manoseando al contenido del conflicto.
2-O que precisas esperar a que los acontecimientos se sigan desenvolviendo sin tener que apurarte en decidir en ese momento.
Desde luego, el nivel de inseguridad de tu mente puede ser tan alto que al aplicar esta técnica vuelvas, vez tras vez, a tratar de amasar al conflicto, pero la solución está en que, sin perder la paciencia, retomes el convertirte en el observador imparcial sintiendo la extraordinaria energía que se despliega en el proceso del conflicto.
Esta observación se siente como un tomar distancia y el tomar esa distancia hace que la agitación se vaya asentando por sí misma.
¡Es extraordinario!, solo tienes que probar.
¿Es difícil?
¡Desde luego!, como todo lo que requiere de práctica sistemática, pero una vez que educas a tu mente a trascender a los conflictos siendo ese tipo de observador verás que comienzas a aceptarlos sin que ellos generen malestar y sufrimiento y te va resultando más fácil adquirir confianza en tus elecciones.
Termino con este ilustrativo cuento sobre qué hacer ante los conflictos.
El monje jefe del monasterio estaba muy enfermo y precisaba buscar a un sustituto.
Resolvió que sería mediante una prueba que demostrara cuál de los monjes poseía una mente natural, una mente sencilla, capaz de resolver los conflictos sin sufrimientos.
Para ello puso un hermoso jarrón en medio de la habitación y uno por uno invitó a sus monjes a responder a la pregunta:
-"Sin llamar a este objeto un cántaro, ¿cómo debería llamársele?"
Todos los monjes pasaban delante del jarrón sugiriendo respuestas que solo hacían enredarlos más en conceptos, en nombres y en formas.
Finalmente le tocó el turno al monje cocinero. Este se acercó al jarrón y le dio tal patada que lo hizo añicos contra la pared. El abad se echó a reír con grandes carcajadas:
- “¡Este era el hombre indicado!, se acabó el cántaro, se acabó el problema.
Recuerda esto: Los conflictos entre el “corazón” y la “mente” acarician al problema, pero no lo resuelven.
La Mente Natural es la que trasciende a los conflictos y esto hace que el tomar decisiones no genere sufrimientos innecesarios
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MUCHAS GRACIAS.