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Entre el amor y el odio, entre el conocimiento exacto, la ignorancia, y los prejuicios. Sometido a la más alta critica como ningún otro, filosofía, ciencia, religión y ahora la psicología se hacen eco de su selecto contenido literario. ¿De qué se trata? Veamos
¿JUZGAS UN LIBRO POR LA TAPA?
Esas fueron las palabras que resonaron en mi mente unos instantes, para luego entender y cambiar mi actitud, antes displicente.
Nuestra atención es la llave que abre todas las puertas de la percepción y nos conduce al mundo de la mente. Pero como aun resonaba esa pregunta en ella, mi entendimiento estaba bloqueado por el prejuicio. Y mi falta de modestia no me dejaba contestar con un simple si, a la pregunta que nuestro benemérito profesor de la universidad me hacía en ese momento y que lleva como título esta nota: ¿Juzgas un libro por la tapa? Me preguntó. Solo debía contestar honestamente ¡sí!
Me costó varios minutos apagar el filtro rígido de mi mente, “casi obtusa”, para dejar pasar la información y que de esa manera se encendiera mi motor cognitivo y así empezara a asimilar, asociar y acomodar la información en mi mente, para luego optar por una u otra “verdad” que en definitiva sería la que mejor me cierre. Ahora bien, había otra razón de peso, a saber; el orgullo. Pues de este se dice que, no tiene sabor, ni color ni olor, sin embargo, es lo más difícil de tragarse.
Resultaba una persona con cualidades atrayentes quien me lo dijo. Pero en ese momento el filtro rígido de mi ''percepción'' estaba siendo atenuado por la plácida voz de aquel hombre, razón por la cual, sentí una motivación extra a escucharle, y aprendí que al exhortar a alguien debes hacerlo con tacto y ser eufemísta, (Expresión moderada para decir cosas duras, o mal sonantes) si quieres que te escuchen y obtener buenos resultados en tu comunicación.
Este hombre tenía un libro negro allí en su mesa del aula, a todos nos llamaba la atención que, en los recreos, él no saliese y lo leyera periódicamente. Desde lejos, en el pupitre donde me sentaba al fondo, se podía divisar unas letras doradas y amplias, que decían LA SANTA BIBLIA.
Quizá ahora comprenda el lector porque a casi ningún alumno le despertaría la curiosidad de preguntar por su entusiasmada lectura, claro...eran prejuicios sin dudas, un trastorno en la percepción. Yo no estaba exento de ellos.
Al igual que muchas personas en la actualidad, yo también me había formado una connotación negativa de ese libro. Quizá la presión del medio, la religión, los juramentos en mano sobre ella, las atrocidades en su nombre, la Inquisición, la cantidad de páginas, etc. Serían prueba para ello. Es obvio que a todas luces era una justificación evasiva, por qué no sabía en realidad lo que había allí adentro, su contenido. ¿Le ha pasado a usted lo mismo? Me conformaba con una opinión meramente reduccionista y condicionada en el imaginario colectivo, que de hecho se encuentra aunada a la percepción social ilusoria, sobre un libro del que pocas veces nos han estimulado a leer y que indefectiblemente forma parte de nuestra cultura. Una manera de ver tan peculiar que raya entre el analfabetismo bíblico, “en parte por la ignorancia” y en otras, por los comentarios altamente críticos, pero sin “fundamentos lógicos”, solidos y debatibles.
Ahora bien, Ofuscado y con miedo, me acerqué, casi increpando al profesor, fui en busca de una respuesta. Al instante le dije lo que pensaba de ese libro.
Para mi sorpresa, y muy contraria a mi actitud, la suya, fue expresada con una cálida sonrisa y una sola pregunta, que con un plácido tono decía - ¿JUZGAS UN LIBRO POR LA TAPA?
En el mismo instante sentí que una gran caterva de razonamientos fuertemente atrincherados se desvanecía en mi mente. Y prosiguió; Abraham Lincoln dijo: Ningún hombre esta solo ni desolado si tiene este tesoro en sus manos y agrego- (citando de un salmo)- la palabra de Dios hace sabio al inexperto.
Y cómo si de un prestidigitador profesional se tratase, las páginas de ella volaban al compás de sus dedos, para convalidar otro argumento. Y allí apareció otro texto, enalteciendo las palabras de Jesús, a saber: “Felices los que reconocen sus necesidades espirituales”.
Una respuesta amable aparta la furia
Un texto que me fue fácil de recordar, (Mateo 5:3) y allí estaba la clave, ya no tenía mucho para inquirir, su respuesta al porque de su interés, hoy sigue teniendo el mismo efecto que en ese entonces quedo grabado en mi memoria, No juzgar un libro por la tapa. Era claro.
Por último le exprese que esperaba una reacción más tosca o defensiva de su parte a mi manera de increparlo, si se quiere, y de nuevo como si estuviese bajo la influencia de algún poder que le traía a la memoria la información, tenía preparada otra respuesta entre sus dedos, otro texto que disipaba mi inquietud, y que hoy llevo cómo axioma en mi vida, lo he aplicado en diferentes circunstancias y de seguro podrá usted también hacerlo, era proverbios 15:1 {-Una respuesta amable aparta la furia-} principio que había aplicado el profesor en esa ocasión. Y Que al día de la fecha recuerdo y aplico. ¡Pruébenlo! ¡funciona de manera elegante!
Y cómo esos, pude encontrar miles de consejos prácticos, e historias que vale la pena leer.
Una obra maestra de la literatura: así la denominan-Investigadores-arqueólogos-Laicos y escritores. También de ella se hace eco una de las corrientes de investigación más reconocidas de las ciencias sociales, para poner en sus manuales certificados, los ejemplos que afloran de sus páginas. A saber: La psicología. Sí, por sorprendente que te parezca, de entre muchas investigaciones hechas por los expertos de la salud mental, han decidido extraer varios ejemplos del pasado remoto y ponerlos bajo escrutinio de la psicología cognitiva conductual. Así decidieron que: El síndrome del “hijo partido en dos” (El juicio de salomón) sea uno de ellos.
Estos expertos en psicología infantil denominan a esta realidad, el fenómeno del niño partido en dos o síndrome de Salomón como el conjunto de alteraciones, emociones y sentimientos que acontecen en un niño cuando sus padres se separan. Veamos otro.
EL síndrome del “hermano mayor”.
Se conoce como complejo de Caín o complejo de hermano mayor, ya que hace alusión a los hermanos Caín y Abel de la Biblia. También hayamos un relato con similares características, pero en otro contexto sociocultural el que esta en el evangelio de Lucas, en la parábola comúnmente conocida como “El hijo pródigo”. ¿Qué hay en esta historia que una y otra vez cobra sentido para las familias en todas las generaciones? La respuesta es que quizá sea la historia de toda familia. En casi todo hogar ha habido un hijo pródigo. No es el propósito de esta nota revelar cada detalle aquí presentado de estos personajes, de hecho, puede hacerlo usted mismo leyéndolos de este libro tan singular del cual les escribo y presento en esta nota.
Son más que meros títulos, pues luego de una investigación exhaustiva, servirían para etiquetar “trastornos mentales” a quienes los especialistas podían asociar de atravesar y/o manifestar algunos procesos, sociales e individuales, y máxime en el contexto familiar relacionados a ello.
¡Sorprendente! ¿verdad? A continuación, un ápice de algunas temáticas bíblicas.
Música, poesía, asuntos jurídicos, legales, estrategia militar, agricultura, arquitectura, astronomía, química, comercio, ingeniería, etnología, gobierno, higiene, Filología, psicología, conductismo, emociones, consejos prácticos y actuales para los padres, los hijos, y la familia son algunas de las materias que narra esta joya, que siendo una de las más antigua de la literatura, aun preserva y expresa en cada página con total exactitud su veracidad histológica y actual. A demás de las Profecías escritas con miles de años de antelación, y cumplidas en su totalidad, con alcance hasta nuestros días. Claro, es más fácil rechazar que comprobar, ese era antes mi pensar y sentir...hoy, no volveré a Juzgar un libro por la tapa.
PD: “Si evitas leer aquello con lo que estás en desacuerdo, ¿cómo comprenderás más profundamente las cosas en las que crees? Lo que más vale la pena ser leído es lo que desafía nuestras convicciones”.
PSICOLOGÍA TRANSPERSONAL