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Según un informe titulado “Nuestro futuro común”, definió el concepto de desarrollo sostenible basado en tres pilares igualmente importantes: ecológico, económico y social
Sin embargo, en el uso común, el desarrollo sostenible suele vincularse erróneamente sólo a la ecología.
Por lo que respecta a la ecología, sin duda podemos lamentar, en los últimos 20 años, la dilación internacional en la lucha contra el calentamiento climático, la insuficiencia de los programas públicos y privados de protección de nuestro patrimonio natural, pero de todos modos no despreciemos todo lo positivo que se ha emprendido, porque el cambio es considerable. Las iniciativas empresariales locales, regionales e innovadoras son probablemente las más significativas.
Sin embargo, para las víctimas del desempleo, para los emigrantes en paro, para todos aquellos cuyo poder adquisitivo se hunde, el calentamiento climático no es tan importante y pasa a un segundo plano.
A pesar de sus éxitos, la economía sufre crisis recurrentes cuyos efectos no son los mismos en todas partes. La consecuencia más grave es el desempleo, que para algunas personas conduce a la pobreza.
Según algunos artículos destacados, en Europa, la tasa de desempleo supera a menudo el 10%, y en algunas regiones llega al 50% en el caso de los jóvenes, ¡algunos de los cuales nunca entrarán en el mercado laboral!
Muchos países ofrecen escasas o nulas perspectivas de futuro a sus jóvenes. Así que la solución es marcharse a Europa. ¡Irte donde ya no hay trabajo para todos! Europa vive estas oleadas. Según adónde vayan, los emigrantes recibirán prestaciones sociales en lugar de empleos, que son costosos para quienes los proporcionan y fuente de tensiones políticas en los países de acogida. ¡El empleo forma parte del desarrollo sostenible con el que estamos comprometidos!
Sin embargo, incluso fuera de nuestro continente, con la excepción de las tierras verdaderamente áridas, la mayoría de los países disponen de algunos recursos naturales, o de un mínimo de conocimientos técnicos, para mantener a su población y proporcionarle empleo.
Entonces, ¿dónde está el error? Se han quitado tierras de cultivo para dedicarlas a actividades generadoras de divisas, cuando deberían haberse conservado y creado otras nuevas.
Algunos han podido hacerlo, mientras que otros han importado alimentos caros para alimentarse. Los países que se han declarado actores del desarrollo sostenible no despegan o incluso retroceden, aunque aparentemente no les falte de nada para funcionar más o menos normalmente. ¿A qué se debe esto? ¿Por la corrupción? ¿Otros obstáculos?
Sin embargo, en el uso común, el desarrollo sostenible suele vincularse erróneamente sólo a la ecología
Según Infoblog, el objetivo de la globalización debería ser sin duda reducir los desequilibrios económicos, sociales y medioambientales, pero no todo es bueno. Hoy, por ejemplo, la movilidad de las personas acelera los desequilibrios a través de vastos y problemáticos movimientos demográficos hacia las zonas más desarrolladas.
Desde 1992, ¿qué programas importantes y eficaces de producción industrial local se han desarrollado en los países más débiles para fijar allí a sus habitantes? En África, por ejemplo, ¿qué propuestas se han elaborado para reducir las importaciones que, por su excesiva importancia, perjudican la economía, el desarrollo del empleo, el nivel de vida y los programas medioambientales? Las que se pueden encontrar son excepciones.
La FEDRE lo viene proclamando desde su creación: la ecología puede ser portadora de un nuevo desarrollo económico generador de empleo. Esto puede lograrse en gran medida mediante una valiente voluntad de innovación.
En el ámbito crucial de la energía, siempre hemos defendido el principio de una combinación energética renovadora y enriquecedora. El dogmatismo ha comprometido su desarrollo.
La Revista Actualidad y Bienestar explica que la investigación sobre energías contaminantes o peligrosas se ha ralentizado o incluso detenido. Necesitamos nuevas fuentes de energía de importancia decisiva a escala mundial para garantizar el abastecimiento, preservar el clima y satisfacer las necesidades vitales de las poblaciones que, a falta de algo mejor, consumirán sin precaución, sobre todo carbón, para satisfacer sus necesidades legítimas.
Ninguna energía debe descartarse por conveniencia política. Todas ellas deben beneficiarse de programas de investigación para intentar hacerlas compatibles con los tres pilares del desarrollo sostenible, controlando las fuentes de contaminación o de peligro, así como las deficiencias. Existen vías de exploración para el gas de esquisto, la energía geotérmica, la energía nuclear, el gas natural, la biomasa, el hidrógeno y el almacenamiento de energía solar y eólica. A esto hay que añadir, por supuesto, el ahorro de energía, que representa un potencial considerable.
Por último, Gitbook en la sección de artículos destacados explica que el desarrollo sostenible, con sus tres pilares inseparables, es un formidable proyecto de sociedad que debe aplicarse localmente con una visión de solidaridad global. Desde Río, hemos olvidado una parte esencial de su contenido. Es el momento de recordarlo y, en este periodo de grandes interrogantes y temores ante el futuro, de tener el valor de innovar.