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La posibilidad de "empotrarse" en una unidad militar y convivir en el día día con la tropa pasando por sus dificultades, incomodidades y vicisitudes es una de las más completas y capacitadores experiencias que puede vivir un periodista. Y esta posibilidad se ha realizado en el RIL "Palma" 47
"No más Vietnams". Esta frase tajante recientemente fallecido del presidente George Bush fue entendida al pie de la letra por el mando militar de la Coalición Internacional contra Iraq en 1991, y es que esos mandos estadounidenses de esta operación acaudillada por los EEUU eran en la Guerra de Vietnam oficiales de baja graduación, principalmente tenientes y capitanes, que habían aprendido que fue la total cobertura mediática de ese conflicto y mostrando de primera linea su crudeza y barbaridades a todo el planeta por TV, un factor decisivo a la derrota americana en esa guerra.
Por tanto en la Guerra del Golfo la información estuvo totalmente controlada y medida, filtrada hasta la nausea por el mando de la Coalición a partir de imágenes de bombardeos de precisión y suministrada en notas de prensa, apenas hubo cobertura de los periodistas en vivo y la censura o más bien el negar el acceso a la información en vivo se convirtió en la tónica corriente para dar la imagen de un conflicto limpio y cuasi indoloro, las imágenes de un cormorán embadurnado en petroleo y la foto de un sargento de EEUU llorando la perdida de un camarada fueron las únicas imágenes "crudas" que retransmitió ese conflicto entre escenas de tropas victoriosas liberando Kuwait y los famélicos soldados iraquíes rindiéndose hasta a un drón estrellado.
Pasada la euforia de la victoria la indignación de los medios de comunicación fue total por esta cerrazón a la prensa libre y las críticas a la administración americana fueron globales con boicots periodísticos de primer orden y las criticas editoriales se dejaron sentir de forma seria. Para la siguiente guerra la información debería administrarse de otra manera, procurando que esta fuera predominantemente positiva para las fuerzas propias pero sin que restringiera al periodista el acceso a la noticia. Y esa manera vino con una singular idea. La del periodista empotrado.
Empotramiento. Descripción.
Iniciado en la Guerra de Afganistán en 2001 y ya perfilado en Iraq en 2003 el termino periodista empotrado, "embebbed" en inglés, consiste en integrar al informador en una unidad militar con su equipo de campaña propio, casco y armadura diferenciado para identificarlo como reportero, para que desde el terreno y primer mano viva las experiencias de los soldados en el frente, marche con ellos, corra con ellos, sienta que le disparan como a ellos y arriesgue su vida con ellos. De este modo las crónicas que enviaría seria de primera linea y servirían para dar una imagen provechosa y benéfica de los soldados propios en el frente pues de hecho el informador pasaría los mismos riesgos que los combatientes, forjaría lazos de amistad y camaradería con ellos y al final los consideraría "sus hermanos de armas" aunque uno lleve cámara, cuaderno y grabadora y otros el fusil.
Desde luego era una medida con interés y con esta suerte de "truco" pues los lazos que se crean entre periodista y militar que han pasado por los mismos peligros podrían menoscabar su imparcialidad a la hora de tratar el conflicto al ponerse de parte de sus soldados por mera filiación y roce. Pero los medios y los mismos reporteros desestimaron esta objeción de primeras pues la oportunidad informativa era sensacional, se podría informar de una guerra en primicia desde la misma batalla, y ya previamente se supone que la afinidad del informador va a estar de parte de los soldados de su país y si se buscaba dar una imagen ecuánime en un conflicto donde la nación del periodista era neutral la solución era simple, solo había que era "empotrar" periodistas en ambos bandos enfrentados para así tener una visión global.
Por ello la idea del "periodista empotrado" fue un completo éxito siendo en la actualidad la forma más corriente en la que un informador cubre un conflicto bélico.
Y es por esta realidad que regularmente la Comandancia General de Baleares, COMGEBAL, organiza sus "Seminarios de Medios de Comunicación" en los que en unas jornadas un grupo de periodistas se integran en su unidad señera el Regimiento de Infantería Ligera "Palma" 47 para vivir un día en las mismas condiciones de los soldados y compartir sus actividades en el campo de maniobras durante una serie de ejercicios tácticos como si se estuviera en una misión en el exterior, o sea instruir en la tarea del periodista empotrado en unidad.
1ª Fase. Bienvenida, equipamiento y montar campamento
Tras el recibimiento en la Base Jaime II sita en las afueras de Palma de Mallorca y palabras de bienvenida del coronel Rubalcava, jefe del Palma 47 y de la base, el primer paso practico del empotramiento pasa por recoger el equipo de campaña, esto es casco, chaleco antifragmentos, saco de dormir y tienda de campaña. Una primera foto de grupo ya con el equipo colocado y con el casco calado y chaleco cerrado subir al camión para alcanzar la zona de vivac en el campo de maniobras adjunto a la base.
Este campo de ejercicios facilita en mucho la instrucción a la unidad aunque por sus dimensiones, algo más de dos kilómetros de profundidad por uno de ancho, no permite el tiro con armas pesadas con lo que el adiestramiento de las unidades del COMGEBAL se complementa con incursiones a otros zonas de la isla y de todo el archipiélago y con salidas periódicas a la península.
Tras llegar las tropas, la compañía "Martín Cerezo", 1ª del Batallón "Filipinas" I/47, a cada periodista se le asigna un soldado, binomio, y con su ayuda se monta la tienda de campaña individual donde se pasará la noche, no es una tarea difícil por la estructura de varillas que incorpora la tienda con lo que bajo la supervisión de cada binomio el montaje termina pronto.
Tras el rancho se inicia la primera actividad la patrulla en vehículos.
2ª Fase. Patrulla en VAMTAC.
Siguiendo la experiencia de los escenarios de guerra afgano e iraquí, sendos donde la COMGEBAL ha desplegado, un convoy típico en los escenarios iraquí o afgano en una patrulla cotidiana suele abarcar una media docena de todoterreno VAMTAC o Lince, blindados y armados con ametralladoras medias y pesadas transportando cada uno una escuadra, de cuatro a cinco efectivos, de infantería. La ametralladora de cada vehículo cubre su sector de vigilancia, primero y último adelante y atrás y números pares vigilando a estribor e impares a babor.
Los ametralladores vigilan su sector hasta que se se descubre una anomalía en el camino, el convoy da el alto así empieza un método para verificar que no hay peligro en la ruta.
La táctica 0-5-25
Ante la amenaza de un posible IED, explosivo improvisado, es necesario un reconocimiento de la zona usando una táctica que la OTAN desarrolló en Afganistán la 0-5-25. A ello un infante desciende del vehículo de cabeza y cuidadosamente revisa concienzudamente los bajos del vehículo dando una vuelta a todo el vehículo, esto es a 0 metros del vehículo.
De no advertirse nada un segundo soldado desciende y junto a su compañero colocados adelante y atrás de la linea longitudinal del vehículo revisan los alrededores en en una curva en forma de C cada uno en direcciones opuestas a una distancia de 5 metros del VAMTAC.
Si no hay anomalía y tras completar el semicírculo y encontrarse uno en el puesto original del otro, empiezan otro reconocimiento de la misma forma pero ampliando el perímetro a intervalos de 5 metros, así sucesivamente hasta alcanzar los 25 metros de distancia del vehículo, de ahí el nombre de 0-5-25.
Las distancias no son caprichosas pues dado que los vehículos llevan inhibidores de frecuencia la experiencia en operaciones demuestra que la insurgencia activa los IED por cable y un registro en una burbuja de 25 metros descubre forzosamente los cables al ser esta la distancia mínima que la explosión de un IED puede afectar un blindado. Una comprobación de distancia que solo la experiencia, a veces trágica, en acción de guerra ha verificado.
Desplegarse en V
Concluido el registro anterior hay que avanzar y con ello los dos infantes que han realizado el 0-5-25 se quedan a esa distancia de 25 metros al frente de la columna, como su misión ha sido descubrir cables se les llama entonces "hombres cable", dos nuevos infantes descienden y se colocan al frente del vehículo a 10 metros pero en las cunetas y vigilando las misma, así se transforman en los "hombres cuneta", y al tiempo el jefe de la escuadra desciende a su vez y se coloca justo frente al vehículo en el sendero, "hombre sendero".
El COMGEBAL realiza periódicamente seminarios para medios de comunicación que incluyen el empotramiento en sus unidades, especialmente el Palma 47
Así la disposición queda en forma de una V formada por los cinco hombres que avanza paso a paso seguida de la columna de vehículos avanzando muy lentamente ante la amenaza de encontrar un IED en el camino.
Repentinamente el "hombre cuneta" de la derecha levanta el brazo cerrando el puño. Ha encontrado el IED semienterrado en la cuneta conectado a una placa de presión sita en el centro de la ruta, así una eventual explosión sería de un lado hacia el centro menos protegido del vehículo en vez de bajo las ruedas mejor blindado.
Localizada la trampa si la columna dispusiera de un equipo de desactivación de explosivos, EOD, el artificiero equipado con armadura desmontaría el artefacto o lo volaría controladamente, de no contarse con tal equipo simplemente se anota la colocación del IED se señalaría su posición de forma visible y a posteriori un equipo EOD lo desactivaría. La columna sigue su camino entonces por una ruta alternativa prevista previamente y tras dar un rodeo llegar a destino.
¿Que ocurre si la insurgencia eventualmente ha minado la ruta alternativa? Es desde luego una posibilidad pero se juega con una certeza favorable, cualquier insurgencia coloca trampas explosivas en las rutas donde ha verificado que emplean habitualmente los convoyes enemigos y no los senderos que son poco empleados por lo que se puede aseverar que si han colocado un IED lo habrán hecho donde esperan positivamente el paso de la fuerza contraria, y más si va acompañado de una emboscada lo que implica el despliegue de personal que puede ser localizado.
Por ello se juega con la incertidumbre favorable que la bomba estará en la ruta habitual y conocida no en una paso aleatorio alternativo, con todo realizado el "by-pass" la alerta y atención no disminuye y la ruta se vigila, por si acaso, con el mismo interés y precaución que se ha vigilado el camino original y descubierto el IED previo.
3ª Fase. Tiro
La posibilidad de realizar un ejercicio de tiro fue una posibilidad que los reporteros empotrados en la unidad esperaban con auténtico interés y aunque era un ejercicio sencillo, los reporteros se dedicaron a él con fruición y eso que alguna informadora expreso sus reticencias iniciales al final se dedico a abrir fuego con verdadera ilusión.
Un teniente de infantería dio una clase previa de seguridad básica con las precauciones típicas: obedecer las ordenes del instructor, no meter el dedo en el disparador, mantener el fusil apuntando hacia al blanco y no girarse nunca, como cargar el arma, mantener el seguro echado hasta recibir la orden y contar con la ayuda del binomio en el ejercicio.
Que los HK estuvieran dotados de miras holográficas ayudo mucho en el tiro pues facilitó la precisión contra una línea de blancos sita a 50 metros como después comprobaron los reporteros al revisar los blancos y congratularse de la precisión de los disparos y las agrupaciones logradas. Con la satisfacción de esta precisión fueron los informadores novatos los que peinaron el terreno en busca de las vainas usadas para llevárselas de recuerdo.
4º Fase. Patrulla nocturna con visor
Una exposición exhaustiva del material y armamento a disposición del "Palma" 47 continuó la jornada, exponiéndose las capacidades de las distintas armas y equipo. Ya sea el fusil G-36 y sus mejoras añadidas a las ametralladoras MG-3 y MG-4 y Browning M-2, morteros de 81 mm, lanzagranadas LAG-40, lanzacohetes C-90 y C-100, fusiles Accuracy de precisión, las radios PRC-77 y sus capacidades de salto de frecuencia, dio tiempo para ponerse el sol y completar el día con una marcha nocturna auxiliándose de visores nocturnos AN/PVS.
Aunque el hecho de portar un monóculo en el casco parece incomodo al principio lo cierto es que la visión se adapta rápidamente al ojo dominante y la visión queda encuadrada en la imagen en verde que muestra el visor, la sensación recuerda a ver las cosas como a plena luz del día pero solo que en verde, con toda la realidad en tonos en verde. Y lo cierto es que la ventaja es total como se pudo comprobar al detectarse con toda facilidad a soldados ocultos entre la arboleda usando el visor mientras que si te lo retiras y todo vuelve a la ley que no se puede ver en la oscuridad el infante escondido es simplemente indetectable.
La única pega se puede encontrar en que el visor se antoja y es muy frágil ante un trato violento y rudo como el que puede darse en el campo de batalla, con saltos carreras, choques. movimientos bruscos o arrojarse a tierra para cubrirse, es una excelente ayuda pero de trato muy delicado lo que contradice la realidad si debe dársele el trato rudo que se da en acción, por lo que se adivina una gran cantidad de roturas y averías en acción de combate.
Con evidente cansancio de los periodistas la patrulla con visor terminó la jornada y los informadores abordaron tras la cena las tiendas de campaña para tratar de conciliar el sueño.
Epilogo y cambio de guardia
Poco sueño se pudo conciliar esa noche, acostumbrado a dormir en cama como cualquiera el pasar la noche en una tienda sin mas protección que una esterilla contra el suelo del campo es una experiencia en la que se es afortunado de dormir un par de horas, el cuerpo se puede acostumbrar a esta rudeza pero necesita una adaptación de varios días, en operaciones esta forma de pernoctar puede prolongarse meses como bien afirmó el coronel Rubalcava a los informadores tras que estos recibieran sus diplomas tras haber concluido el seminario.
Una experiencia de campo de primer orden que capacita parte del ET a los periodistas a formarse en técnicas que les vendrán perfectamente en despliegues en zonas de conflicto si se les da esa oportunidad profesional. Un evento que agradecer y a repetir tanto por el COMGEBAL como por otras unidades y comandancias.
Superado el seminario se dio una oportunidad extra de trabajo al asistir al Relevo de la Guardia en el Palacio de la Almudaina, sede de la COMGEBAL, realizado por una guardia de honor del Palma 47 con el uniforme de época fundacional cuando fue fundado en 1808 por el Marques de Vivot con el nombre de "Regimiento de Voluntarios de Palma" según las Reales Ordenanzas de Carlos III.
El relevo se realiza con las ordenes y uso de orden cerrado de 1808 mucho más lento parsimonioso que el actual con la reunión de las guardias entrante y saliente, relevos en los puestos y revista de las armas, un ceremonial más pensado en la época para mantener el decoro y la solemnidad del acto que en la eficacia práctica pero que sirve de ejemplo inmejorable para tomar conciencia de como han evolucionado las cosas desde entonces de soldados implecablemente vestidos que luchaban en linea sin cubrirse bajo las ordenes precisas de un oficial a tropas profesionales y experimentadas que emplean la última tecnología y aprovechan el terreno en combate como han demostrado en operaciones.
La figura del periodista empotrado en unidades se popularizó a partir de 2003 en el Conflicto de Iraq para facilitar el trabajo de los medios sobre el terreno
Y esto lo han podido comprobar viviendolo los periodistas que estuvieron empotrados con ellos.