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�Y tú, que eliges? Una nueva tierra y entrar a lo desconocido en lo conocido
Un creador, una historia sin final, un planeta, una transición en evolución y seres vivos adentrándose a una realidad y un cambio que no han previsto, esto viene de más allá no es la percepción de lo que puedan crear en sus mentes. La mente es divina, pero en esta ocasión el que lleva el comando de nuestra próxima navegación es el corazón, el cual no solo es el motor principal de un cuerpo, de una vida latente, el corazón abarca todo. La mente debe fusionar con el corazón de cada individuo para qué de esta manera los cambios puedan surgir como por arte de magia. Si, asi es. La magia es inherente a cada espíritu, lo he sabido desde que llegue a la tierra, he sabido que el corazón es poderoso, el silencio interno no juzga, hay corazones que su silencio es miedo a hacer juzgados, rechazados, incluso abandonados. Alguien me enseñó que la mente lleva un hilo que va conectado al corazón y de esta manera pueda ejercer una buena función pero sobre todo lo esencial, una vida plena cuando eres habitante dentro de la tierra. Quién les dijo que el sufrimiento es una base fundamental que experimentar para asegurar que algo mejor vendrá o que la vida es así. El hecho de querer fortalecer las creencias forjadas por tiempos obsoletos lo único que seguirá es llevando a más separación, eliminando la confianza, la fé y más silencio, menos amor. Si creamos una lógica de los hechos que suscitan en el aquí y ahora, pueden encontrar una diferencia entre el ego y el amor. El ego fue útil en su momento para acercarnos a experimentar una plandemia que por ahora nos mantiene alejados en nuestra propia raza. El amor es útil pero más valioso es, porque sin amor no hay nada. Y tú haces la diferencia. Si tan solo supiesen que el alimento de esta gran nave planeta llamada Tierra, somos todos y cada uno y tu corazón es importante en esta transición de cambio, ciertamente la materia es parte del humano para vivir aquí, pero también es importante saber que esa otra parte de nosotros es invisible, por lo tanto al no querer dar cuenta de que es así, nada va a cambiar. Somos carne y también somos parte de dios, la molécula que habita dentro de nosotros es invisible a los ojos del hombre y esa invisibilidad es la que une tu alma y espíritu, un hilo que se une a la mente universal, nuestra madre. Y por consiguiente a cada mente le corresponde conocer su interior y así mismo su corazón y no justamente el que late y forma parte de nuestros órganos, el corazón es el alma que habita en cada ser humano. Y de esta manera cada individuo dará cuenta que la vida es extraordinaria. Y que tú eres tu y yo soy yo, no puede ser de otra manera, el amor existe nunca muere, solo cambia de dirección.
GESBB