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El ascensor

05/02/2018 00:00 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Por Bruno Echedo

Llovía, la helada noche oscura desesperaba tras las luces fugaces de los relámpagos, que viboreaban tras el retumbar feroz del martillo que golpeaba después de cada resplandor.

El viento empujaba las frías gotas contra el vidrio de la puerta.

Faltan diez para las diez... Mi turno en el ascensor moría otra vez para resucitar mañana... Indiferente.

El viejo y descuidado edificio dormía en los brazos de un silencio sepulcral. Las oficinas vacías y los departamentos habitados por antiguos y perezosos personajes tenían sus puertas cerradas cual tumbas olvidadas.

La calma reinaba implacable...

De pronto, se rompió la calma como un velo que se rasga de repente. Se abre la puerta y el viento impetuoso entra presuroso inundando el hall para llegar con su fría presencia hasta el ascensor.

Parado, allí, la figura alta, robusta y casi fantasmal de un hombre. Sombrero de ala ancha, gabardina oscura, comienza a entrar a paso de procesión dejando atrás una estela mojada, único testigo de aquella presencia infame. Avanza, la mirada al suelo, fija, helada...

Yo lo miraba como hipnotizado. Se aproxima...

-¿A dónde irá? Me pregunto.

Jamás lo había visto...

Sube al ascensor...

Se podía sentir su respiración forzada, su voz áspera y baja susurró: "Piso diez..."

Mis pulsaciones aumentaban... Mi respiración se aceleraba y se volvía superficial y arrítmica.

Mis nervios me hacían transpirar... No podía pronunciar palabra y el ascensor parecía no llegar nunca...

Me miró... Sus ojos parecían quemar... Su mirada penetrante como puñales. Yo le devolví la mirada... Su rostro como de piedra, inexpresivo.

De repente, sin dejar de mirarme, levanta su brazo izquierdo y toma la solapa de la gabardina... La levanta... Dirige su mano derecha hacia su bolsillo interno... Tiemblo... Mi garganta se sierra... Podía sentir las gotas de sudor por mi frente... Introduce su mano en el bolsillo sin dejar de mirarme...

Yo casi no respiro...

¡¡Saca algo de la gabardina!! ¡¡Yo no podía quitar mis ojos de su gabardina!! Estoy agitado...

¡¡De repente saca algo de su bolsillo!! ¡¡Me Mira!! Mueve sus labios como haciendo una mueca macabra...

Y me dice en voz baja y de ultratumba: "¿Un cigarrillo?"


Sobre esta noticia

Autor:
Revistaletralibre (731 noticias)
Fuente:
revistaletralibre.blogspot.com
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Tipo:
Reportaje
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Copyright autor
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