Casi cinco años después de Romper, nos llega el nuevo trabajo discográfico de Andrés Gadea y los suyos y lo hace con unas canciones inmensas que deberían llegar a mucho más público que al estrictamente underground de nuestro pop independiente. Material excelente para ello está claro que los hay aquí presentes.

Empezando por Frecuencia Modulada , la que da nombre al disco y una tremenda canción pop de guitarras en la que declara su amor por la radio (y también alguna pullita a la forma de funcionar de algunas emisoras y artistas) e incita a la búsqueda de otros sonidos. Como por ejemplo el de Efecto Mariposa , poderosa pieza de rock intenso en la que adivino influencias (no sé si será así) de bandas como Fantástico Hombre Bala, los Héroes Del Silencio de los tiempos de Avalancha e incluso adivino en las formas de desgranar las palabras la de La Dama Se Esconde.

No menos destacables son Sin Mirar , en la que se une Silvia Gadea y en la que entablan un dialogo sonoro y de voces que emociona e impacta a partes iguales; la (muy) romántica Solo Una Vez , a dúo con Laura Antona de nuestros adorados Nos Miran, en la que hay que ser de piedra para no caer en sus redes; o Sonámbulos , en la que se adivino muchas escuchas de los grandes discos de Pearl Jam, tanto en sonido como en la forma de expresarla. Y eso es para darles un aplauso de aupa.

Seguramente su disco más diverso y ambicioso hasta la fecha y en la que se nos muestra cada vez de forma más clara que estamos ante un artista valiente, de lo más ajeno a esas modas sonoras pasajeras que acaban haciendo que todo el mundo suene igual o parecido. Aquí hay un material poderoso, cargado de personalidad y lo que es más importante, grandes canciones. No lo dejen escapar...