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La búsqueda del avión de la compañía alemana Germanwings que se estrelló el martes en el sur de los Alpes franceses con 150 personas a bordo, la mayoría alemanes y españoles, quedó interrumpida al caer la noche.
Cinco gendarmes permanecieron en el lugar donde se desintegró el avión. Otra treintena más de un pelotón de alta montaña tiene previsto llegar con la primera luz del miércoles a esta zona escarpada y de difícil acceso de los Alpes de Alta Provenza, a 1.500 metros de altitud, donde se estrelló el A320 de la filial de bajo costo de la compañía alemana Lufthansa el martes por la mañana cuando cubría la ruta Barcelona (España) y Düsseldorf (Alemania).
Una de las dos cajas negras ha sido recuperada y se espera que dé las claves de las causas de esta catástrofe inexplicada, dijo el fiscal de Marsella, Brice Robin, a la televisión francesa BFMTV.
El primer ministro francés, Manuel Valls estimó que en este momento "no se puede descartar ninguna hipótesis" sobre las causas del accidente.
El Airbus 320, el más popular del fabricante europeo, perdió altura durante 8 minutos, según Germanwings, una compañía de bajo costo filial de Lufthansa. Los pilotos no emitieron ninguna llamada de socorro.
"Lo único que puedo decir es que la pérdida de altura rápida del avión sigue siendo por el momento inexplicada", dijo Robin.
"Por el momento consideramos que se trata de un accidente y cualquier otra cosa es mera especulación", dijo por su parte Heike Birlenbach, vicepresidenta de Lufthansa, en una conferencia de prensa en Barcelona.
- Luto nacional en España -
El gobierno de España ha decretado tres días de duelo nacional que se iniciaron en la medianoche de este miércoles y al medio día se observará un minuto de silencio en todas las administraciones públicas.
Cinco ministros de los gobiernos francés, alemán y español, que sobrevolaron el lugar donde cayó el avión hablaron de imágenes "dantescas".
"Son imágenes horribles, un drama espantoso", dijo Frank-Walter Steinmeier, jefe de la diplomacia alemana.
La canciller alemana, Angela Merkel, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente francés, François Hollande, visitarán este miércoles a las 13H00 GMT el lugar de la tragedia.
Según Germanwings, 67 alemanes viajan en el avión, entre ellos dos bebés y 16 adolescentes que junto con dos profesoras regresaban de un intercambio escolar con estudiantes de secundaria españoles.
La vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáinz de Santamaría, dijo que en la lista de pasajeros había "45 con nombres españoles".
En el avión viajaban también dos colombianos, dos argentinos y "habría" dos mexicanos, según la cancillería de este país. A ellos se suman dos australianos y al menos un belga. La prensa marroquí habla de una pareja de esta nacionalidad que regresaba a casa tras pasar su luna de miel en Barcelona.
Entre las víctimas se encuentran también dos cantantes de ópera de Düsseldorf, el bajo-barítono Oleg Bryjak, de 54 años, y la contralto Maria Radner, de 33, que viajaba junto con su marido y su bebé, uno de los dos fallecidos en la tragedia.
- Cuerpos destrozados -
Según el general de la gendarmería David Galtier, "los restos de cuerpos humanos que hemos visto no son más grandes que una pequeña maleta".
Entre los miles de pedazos en que quedó reducido el aparato, "sólo se ha podido identificar el tren de aterrizaje", confirmó otro investigador, lo que hace pensar que el avión se desintegró al chocar contra las paredes rocosas.
En Seyne, una localidad cercana al lugar del accidente, ha sido instalada una capilla ardiente.
Asimismo, 300 bomberos y otros tantos gendarmes han sido movilizados, al igual que diez helicópteros y un avión militar.
La dirección de Aviación Civil Francesa (DGAC) había declarado una emergencia hacia las 09H30 GMT tras perder el contacto con el avión cuando sobrevolaba la localidad de Barcelonnette.
El piloto tenía "más de diez años" de experiencia y "más de 6.000 horas de vuelo", según la compañía alemana, y el avión entró en funcionamiento hace 24 años. La última gran revisión la pasó en el verano de 2013.
Se trata de la primera catástrofe aérea que se registra en Francia desde que se estrelló un Concorde al despegar del aeropuerto de Roissy, el 15 de julio de 2000, dejando 113 muertos, y es la más mortífera desde 1974, cuando se estrelló un avión de la compañía Turkish Airlines en el norte de París con un balance de 346 muertos.