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El presidente sirio, Bashar al Asad, asistió este viernes a la oración de Eid Al Fitr, la fiesta del fin del ayuno musulmán del ramadán, en una mezquita en Damasco, informó la agencia oficial Sana.
El jefe de Estado, cuyas tropas combaten sin cuartel a los rebeldes sirios y al grupo yihadista Estado Islámico, hace raras apariciones en público desde el inicio del conflicto hace más de cuatro años.
Asad acudió a la mezquita de Al Hamad, en el barrio de Muhajirin, al noroeste de la capital siria, en presencia de "altos responsables del partido (Baaz, en el poder) y del Estado", según la agencia, que tuiteó una foto en la que el dirigente aparece sonriente rodeado de dignatarios religiosos.
En su sermón, el imán de la mezquita, el Sheij Mohamad Sharif al Sawaf, "rezó a Dios para que preserve a Siria, a su líder, a su Ejército y a su pueblo, y que logren la victoria sobre sus enemigos". "El Ejército sirio seguirá defendiendo la patria", añadió, según la agencia.
El régimen considera a sus enemigos como "terroristas" a sueldo de países extranjeros, sin distinguir entre activistas pacíficos, rebeldes y yihadistas.
Más de 230.000 personas han muerto desde el inicio del conflicto en Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, y millones han tenido que huir del país.